viernes, 24 de octubre de 2008

Vertiginosidad


(A pedido de Ailu que llegó a leerlo....y que la quiero mucho)


Pánico
de caminar las calles del barrio, de ir a tomar el colectivo…


Terror de comprar en el kiosco, en la farmacia, en el supermercado de las super-marcas por si la comida está rancia, el medicamento traficado y hasta de salir a respirar, porque el aire está contaminado plagado da plagas inextirpables del planeta tierra.


Miedo de prender la tele por si me muestra un poco más de lo que quiero, pero también de que me chupe el cerebro, de enchufar el microondas, el secador de pelo y de usar el celular a ver si todavía los chips se revelan contra el sistema y muestran eso que no debemos y que la INTERPOL, la CIA (y todos los demás) vengan a buscarnos para reconvertirnos en un nuevo eslabón del engranaje….Y ya no queremos eso porque nos da miedo pertenecer al sistema por si cae la bolsa, incauta nuestras acciones y nos endeuda hasta el pelo!Incertidumbre, es lo que creemos que es, pero se llama ignorancia.


Se ríen mientras nos venden espejitos de colores. Con eso juegan.

Los medios, los economistas, los políticos, gobernantes, los funcionarios, em-pre-sa-rios…

Hasta la Iglesia nos maneja.


Nos inundamos pero con el mejor merchandising que hay a la venta y nos convertimos en una más de esas sociedades que se enferman de stress, de ansiosos, de “agitados” por la excitante vertiginosidad que lleva la ciudad y nos damos con las pastillas que nos recomienda un amigo de un médico conocido y nos hacemos cada vez más adictos y así el efecto bola de nieve, por no decir circulo vicioso, claro.


Nos caemos, nos inundamos, así de a poquito, bien bajito…En voz baja y de fondo se escucha el final de Brazil, de Terry Gilliam. Y nos lavan el cerebro, pero ya sin la ayuda de los aparatejos ni los hilos tensores que sostenían los párpados de Alex en la Naranja Mecánica, para que incrustemos lo poco que queda de nuestro cerebro a la caja boba. Ahí, nos muestran lo que quieren que veamos. Si sí. Eso a nosotros, porque a quien no sirve, lo desechan, lo hacen a un lado, pero le hacen creer que está dentro y le chupan la sangre hasta secarlo, hasta explotarlo.


Así, unos pocos son los que más…Unos muchos son los que poco tan poco que se desarman, se deshacen, se callan, se mueren con la panza inflada de la desnutrición y de las palabras que jamás dijeron porque no se los permitieron.Se oye un zumbido a lo lejos un tanto molesto…Algo así, como quien no quiere la cosa…Se oye el ruido del hambre que nos pisa los tobillos que casi que llama a nuestra puerta y que, con sólo el oro del Vaticano, se acallaría y ni decir sobre las inversiones que están haciendo para que no caiga la bolsa. Seamos realistas, no soñemos. Si sucede eso, la maquina muere.



* Mientras tanto alimentamos nuestras adicciones a: la TV, las comidas, la adrenalina, las drogas de diseño, las de todos los días, al trabajo, al sexo, la pedofilia, los estereotipos, la belleza, las cremas, la vagancia, la autosuperación extrema, los videojuegos, la vida virtual, al sexo virtual, a nosotros mismos --somos todos Narciso-- a la plata, a escuchar el qué dirán, a la envidia, a lo que no sabemos, a las adicciones, a las obsesiones, al psiquiatra, al psicólogo, a las enfermedades. Y ya me dio asco.

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