viernes, 28 de mayo de 2010

Ellas.


Ellas y nadie más.
No lo pienso, lo escupo,
así como me sale nomás.
Con tiempos e interminables distancias en el medio
ellas siempre son las cuatro patas que
sostienen la mesa.
Son la materialización
de ese abrazo que sabés que siempre va
a estar --sortea todo tipo de obstáculos--.
Son la fuerza,
el cariño
y la risa.
Sobre todo eso,
la risa.
Y el abrazo. Y el perdón.
Ese calorcito que te contiene
y mantiene.
Ellas.

Qué lindo es volver...

1 comentario:

Pía dijo...

Amigas. Una, dos, tres, cuatro o las que sean; pero la vida sin ellas sería totalmente diferente y siempre es bueno saber que están. Que uno las tiene dispuestas, al lado, en cualquier ocasión.
Porque perder una amiga es sentirse vacía, completamente vacía.