lunes, 10 de diciembre de 2012

Un lugar

Olor a pasto y a flores. También a agua. Se puede caminar por la vereda sin chocarse con gente. Se oyen pajaritos que cantan, algún perro que ladra, las hojas de los árboles que el viento mueve. El crujir de alguna hoja seca en el piso aplastada por un pie que la desarma. La música de una radio que se cuela por una ventana hacia la calle. Una reja que se cierra. Los fierros que se chocan, recién después, una persona. El viento que sopla en la cara y te despeina.

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