A sala llena.
Una y otra vez
actuamos en espejo pero a destiempo.
En una historia de final abierto
con personajes que no existen,
segundo a segundo,
pretendemos seguir movimiento tras movimiento
las especificaciones de un libreto que no cabe en
el cerebro.
Creemos ser los más fieles espectadores cuando
somos protagonistas
de una obra carente de un desarrollo
que una las partes con el todo.
No dimos cuenta de
que estilos ni actos se corresponden
los unos con los otros…
Porque cuando yo elijo
teatro de vanguardia para desestructurarte
con una actuación inédita,
vos preferís
que al caer el sol –cierre (d)el telón-
a efecto de tu tragedia griega
logre arrancar a cada una de mis pasiones
sin pensar siquiera.
A sala llena
la obra siempre está destinada
hacia un sólo espectador
función tras función,
monólogo tras monólogo de esos personajes/
personas/
actores/
protagonistas que no
pueden / quieren / pretenden
desligarse de sus roles ni de cada escena que
presencia primero cada él y luego cada ella.
Ahí estamos,
a dos segundos de distancia,
a unos pocos metros de diferencia…
Esa diferencia que cabe entre las tablas y la butaca primera.
Sí, aquella desde la que se pueden
vislumbrar absolutamente todos los movimientos,
esa por la que optás(o) día tras día
para no perderte(me) de nada.
La misma que evitás(o) para desentenderte(me) de todo.
. . .
En el mismo escenario
para el mismo púbico
y en la misma obra,
siempre a deshora.
. . .
8 comentarios:
Y si te digo que está perfecto!
Me gusta, me gusta. Como siempre. No seas quejosa...
¿Lo voy a escuchar en el Festival de Arte Joven?
MUY LINDO.
Bien, eh
Me gusta mucho Cuchi~cuchi Car.
otra más q me gusta!! =)
Porque cuando yo elijo
teatro de vanguardia para desestructurarte
con una actuación inédita
Me gusta esta parte! Congrats Carli, escribís de pelos =)
Dan.-
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