Marzo-Agosto de 2008
(pero entre 1969-1984, aprox)
El vidrio comenzaba a desempañarse de a poco…Desde la punta izquierda superior la nitidez fue agudizándose en forma progresivamente lenta y perfectamente oblicua, algunas veces. Otras, un poco desprolija y repentina o entre cortada y con pausas extendidas, así hasta llegar a la punta derecha inferior.
Al mismo tiempo (y con la misma lentitud) abría sus ojos. Al mismo tiempo, también, se sentía más lúcida, porque lograba vislumbrar hasta el más mínimo detalle que se plantaba frente a ella, comprendía, entendía y deducía. Al mismo tiempo, barajar la posibilidad de que le hayan abierto el cráneo y extraído el cerebro para conectarle esas neuronas que eran menester que estén entrelazadas para nada separadas, no es inaudito. Cada vez que descubría algo más sentía cómo la sangre de sus venas recorría su cuerpo.
De todas formas, antes de llegar a esta instancia, antes de que el vidrio se desempañara, antes de que pudiera percibir esa parte de su esencia, antes del antes, del antes…Estaba ciega. No veía, no sabía sólo, vagamente, intuía, porque no creía ni quería. No quería. De golpe y porrazo se dio cuenta de que había un vidrio y, que detrás del vidrio, los pasos de una vida anterior estaba escrita. En el proceso de “desempañamiento” del cristal, con inusual templanza, supo descubrir que siempre muy en el fondo caminaron de la mano. Aún así, tuvo que releerla contadas veces antes de asimilar cada hecho (ahí fue notando que el paisaje se despejaba).
Ahora, con paisaje deslumbrador frente a sus ojos, aunque con vidrio de por medio se siente un poco más completa, sólo resta limar y analizar algún que otro fragmento, no tener miedo y lograr llegar con sus manos a aquella historia, que es posible que alguna vez la haya soñado, y así terminar de colocar cada eslabón del juego en su lugar.
Ahora sí, es momento de empezar a escribir lo que sigue...Pero desde acá.
Agosto de 2008, pero desde 1988 en adelante…
(pero entre 1969-1984, aprox)
El vidrio comenzaba a desempañarse de a poco…Desde la punta izquierda superior la nitidez fue agudizándose en forma progresivamente lenta y perfectamente oblicua, algunas veces. Otras, un poco desprolija y repentina o entre cortada y con pausas extendidas, así hasta llegar a la punta derecha inferior.
Al mismo tiempo (y con la misma lentitud) abría sus ojos. Al mismo tiempo, también, se sentía más lúcida, porque lograba vislumbrar hasta el más mínimo detalle que se plantaba frente a ella, comprendía, entendía y deducía. Al mismo tiempo, barajar la posibilidad de que le hayan abierto el cráneo y extraído el cerebro para conectarle esas neuronas que eran menester que estén entrelazadas para nada separadas, no es inaudito. Cada vez que descubría algo más sentía cómo la sangre de sus venas recorría su cuerpo.
De todas formas, antes de llegar a esta instancia, antes de que el vidrio se desempañara, antes de que pudiera percibir esa parte de su esencia, antes del antes, del antes…Estaba ciega. No veía, no sabía sólo, vagamente, intuía, porque no creía ni quería. No quería. De golpe y porrazo se dio cuenta de que había un vidrio y, que detrás del vidrio, los pasos de una vida anterior estaba escrita. En el proceso de “desempañamiento” del cristal, con inusual templanza, supo descubrir que siempre muy en el fondo caminaron de la mano. Aún así, tuvo que releerla contadas veces antes de asimilar cada hecho (ahí fue notando que el paisaje se despejaba).
Ahora, con paisaje deslumbrador frente a sus ojos, aunque con vidrio de por medio se siente un poco más completa, sólo resta limar y analizar algún que otro fragmento, no tener miedo y lograr llegar con sus manos a aquella historia, que es posible que alguna vez la haya soñado, y así terminar de colocar cada eslabón del juego en su lugar.
Ahora sí, es momento de empezar a escribir lo que sigue...Pero desde acá.
Agosto de 2008, pero desde 1988 en adelante…
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(ver) Mañana
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